Brevedad


Te me moriste entre los dedos,
con un suave murmullo,
sin agonías ni cartas suicidas
pero con muchos sueños
y viejas esperanzas.
Te me moriste,
sabiendo de mi amor,
sin importarte nada.
Para mi ya no existes.

2 Sintieron Conmigo:

  Hugo Izarra

11/4/08 11:55 a. m.

Todos tenemos en el fondo el alma de un gorrión.

  Adolfo Calatayu

11/4/08 12:03 p. m.

Hola linda !!! te agradezco infinitamente tu visita a mi blog y tus cálidas palabras;ahora bien,con respecto a tu post -que me parece tam emotivo- cómo se hace para seguir? digo,porque al parecer estamos transitando caminos similares...de dónde saca uno fuerzas para siquiera seguir respirando?
Un gran cariño