Creí haberte perdido
y mi corazón no quiso latir más;
murieron mis ganas de excribir,
la música dejó de danzar, juguetona,
en las efemérides del aire,
cesaron las llamadas importantes,
al igual que las felicitaciones y los reproches.
Los lápices se mantuvieron
afilados y a la espera agónica
del oficio de crear,
y mi alma, mi corazón, mi vida,
en áscuas
orando por un milagro.
Entonces volviste,
como si nunca te hubieras ido,
con tu sonrisa a medias
pero totalmente cargada de luz,
y tus manos suaves manando melodías;
y detrás de ti,
como en procesión,
las hadas, la inspiración,
los latidos de un corazón vivo
y unos ojos que nunca quisieron irse,
para variar,
acompañados de un susurro y un beso.
3 Sintieron Conmigo:
13/5/08 8:45 a. m.
El reencuentro con lo perdido.... Solamente un sentimiento tiene la una intensidad similar a la que este provoca y es EL DESENCUENTRO... Vaya ironía.
Realmente disfruto tu espacio.
13/5/08 7:01 p. m.
Encantador.
14/5/08 1:10 a. m.
Compro cajas de cuadernos. Si se te pierde de nuevo, me avisas, me atrevo a ir a Santiago a llevarte un par. Verás, te necesito escribiendo.
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