Temo escucharte
porque es un sentimiento encontrado
implosionando en mis venas
el oir la canción que fue mía
y ahora es. asesinamente, de otra.
Temo, más aún, encontrarte
y chocar contra esas manos
que encadenan y liberan la música
o sentir en mis nalgas el fuerte apretón
que te delata indefectiblemente.
He de confesar
que no puedo ya mirarte a la cara
porque, al enconstrarse con los tuyos,
mis ojos se aclaran a tal punto
que muchas veces temo perderme en ti.
Te temo, si,
tengo miedo de ti,
pero, y que quede claro para los records,
rehuyo hasta de tus pisadas
pero nunca hasta el frío.