Hacía tiempo ya
que parir no era lo mismo.
Recostada en su cama
sintió una pequeña molestia pélvica
y, sin molestarse siquiera
en bajar su revista,
pujó.
Su cuerpo
emanó un líquido viscoso,
perfumado,
y el pequeño ser
que se retorcía en el
no emitió ni un quejido.
Se limitó a empujar con el pie
el cuerpecito
para poder terminar
el test en su revista:
"Qué tan humano eres?"
Lo miró a los ojos
para que,
si hablaba,
supiera a quién
llamarle "mamá".
Entonces lo vió.
El ser cambiaba.
se resquebrajaba,
gemía, giraba,
era poesía.
Lo tomó entre sus brazos
y lo dió a luz.
6 Sintieron Conmigo:
12/6/08 12:18 p. m.
La Sarah que conocía en mi cabeza ha muerto hoy; hace unos días que venía buscando la razón de este cambio inmenso pro bueno, no hay ningún cambio, solo estaba equivocado, siempre haz sido esta poeta que ahora leo, aunque lo fueras a escondidas...Mierda Sarah que texto!
Nada puedo decir...
12/6/08 1:39 p. m.
En mi país decimos "dar a luz"...que curiosa y significativa expresión para un milagro,será que en algún punto se emparenta con el prodigio mismo,vida y luz se transforman en algún curioso lugar en lo mismo...
Qué bueno que lo tomó en sus manos.
Un gran cariño
15/6/08 7:54 a. m.
Por cierto, ya estás en mi blogroll.
Afectos!
15/6/08 11:57 a. m.
ufffff
19/6/08 12:13 p. m.
¿Quién es el padre?
Es en broma. No hace le falta papá, es igualito a su madre. Maravilloso, simplemente, maravilloso.
Abrazo.
20/6/08 1:02 p. m.
uaao!!! maravilloso!
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