Dias Articos



Mi casa esta muerta.
He vuelto a mis reflexiones personales
y a mi musica de los noventa
con la cola entre las piernas
y las esperanzas rotas,
como siempre.
He empezado a recordar de nuevo
los tiempo mejores
y las escapadas a las nubes de musica
volando en colchones ajenos
con genios sinuosos y amables
que dejaban tras de si un fuerte olor
a sexo y sudores, en las ganas,
y en el alma sabor a melodias
dulces y efimeras
como los chocolates de San Valentin.
Puedo sentir en mis labios
ese beso de fuego, temeroso,
encerrado en ese baul andante
que transportaba nuestros cuerpos
hacia la noche y el extasis.
Mi casa esta muerta,
muerta...
Pero yo, afortunadamente, no.